La noche del 15-O fue larga en la capital de España. Los movimientos de los indignados fueron cambiantes a lo largo de las últimas horas de manifestación, y antes de 'okupar' un céntrico hotel abandonado, algunos de los integrantes del movimiento trataron de irrumpir en los medios de comunicación de la capital.
El más afectado fue la Cadena SER, cuya sede de Gran Vía 32 se encuentra muy cercana a la Puerta del Sol, epicentro de las protestas de los 'indignados'.
Una delegación de este movimiento se presentó a las puertas de la redacción de la radio de Prisa, tratando de hacerse oír. Llevaban redactado un comunicado que pretendían hacer sonar a través de las ondas.
Ante la presión popular, la SER hizo ademán de ceder. Un redactor bajó al rellano, y entre fuerzas de seguridad, dialogó con los portavoces del 15-O.
El pacto llegó hasta tal punto que los 'indignados' pudieron grabar su comunicado a través de los micrófonos amarillos de dicha radio, y según algunos de sus representantes, recibieron la promesa de que la locución sonaría en el boletín de las 2 de la madrugada.
El acuerdo, en caso de haberse producido, tenía trampa. La noche de los sábados a los domingos, a las 2.00 AM, en la Cadena SER no hay boletín informativo, sino un 'boletín del misterio', introducido en el programa Milenio 3 de Iker Jiménez, en el que las noticias son únicamente acordes con la temática de dicho espacio.
Algunos 'indignados' confiaron en que se mantuviera la promesa y la grabación sonase en el boletín de las tres. Pero tampoco. Así las cosas, llegó a surgir la propuesta de ir a otros medios de comunicación a intentar algo similar, sonando como principales objetivos la Cadena COPE y el 'Pirulí' de RTVE.
No obstante, las medidas no llegaron a materializarse. Entre los integrantes del movimiento queda la duda de si todas estas medidas estaban realmente consensuadas por las asambleas. No obstante, finalmente no se logró el objetivo, y no penetraron en los medios de comunicación con el mencionado manifiesto.
Según asegura lainformación, en el mismo se abogaba por la unión de los ciudadanos "en una protesta no violenta y a escala global". "Somos nosotros los que decidimos nuestro futuro, no somos mercancía en manos de políticos y banqueros. Es hora de que nos escuchen, tomemos las calles del mundo", concluía el texto.
El más afectado fue la Cadena SER, cuya sede de Gran Vía 32 se encuentra muy cercana a la Puerta del Sol, epicentro de las protestas de los 'indignados'.
Una delegación de este movimiento se presentó a las puertas de la redacción de la radio de Prisa, tratando de hacerse oír. Llevaban redactado un comunicado que pretendían hacer sonar a través de las ondas.
Ante la presión popular, la SER hizo ademán de ceder. Un redactor bajó al rellano, y entre fuerzas de seguridad, dialogó con los portavoces del 15-O.
El pacto llegó hasta tal punto que los 'indignados' pudieron grabar su comunicado a través de los micrófonos amarillos de dicha radio, y según algunos de sus representantes, recibieron la promesa de que la locución sonaría en el boletín de las 2 de la madrugada.
El acuerdo, en caso de haberse producido, tenía trampa. La noche de los sábados a los domingos, a las 2.00 AM, en la Cadena SER no hay boletín informativo, sino un 'boletín del misterio', introducido en el programa Milenio 3 de Iker Jiménez, en el que las noticias son únicamente acordes con la temática de dicho espacio.
Algunos 'indignados' confiaron en que se mantuviera la promesa y la grabación sonase en el boletín de las tres. Pero tampoco. Así las cosas, llegó a surgir la propuesta de ir a otros medios de comunicación a intentar algo similar, sonando como principales objetivos la Cadena COPE y el 'Pirulí' de RTVE.
No obstante, las medidas no llegaron a materializarse. Entre los integrantes del movimiento queda la duda de si todas estas medidas estaban realmente consensuadas por las asambleas. No obstante, finalmente no se logró el objetivo, y no penetraron en los medios de comunicación con el mencionado manifiesto.
Según asegura lainformación, en el mismo se abogaba por la unión de los ciudadanos "en una protesta no violenta y a escala global". "Somos nosotros los que decidimos nuestro futuro, no somos mercancía en manos de políticos y banqueros. Es hora de que nos escuchen, tomemos las calles del mundo", concluía el texto.
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