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sábado, 19 de noviembre de 2011

Ideario de la empresa parte II

IV. Promoción de los valores del humanismo cristiano
El Ideario y la línea han de concretarse en el apoyo a un cuadro de valores, no acotables en una enumeración, que nacen de la cosmovisión cristiana y abarcan a la persona humana, a la sociedad y a la naturaleza. La COPE no será neutral, sino comprometida, en todo lo que atañe a la protección, desarrollo integral y defensa de la vida humana, desde el seno materno hasta el último latido.
Asumirá la defensa de los derechos humanos, tal como se expresan en el magnetismo de la Iglesia y en los grandes acuerdos internacionales.
Ayudará a crear una conciencia colectiva sobre los deberes anejos a esos derechos y promoverá, sin fisuras, la solidaridad ente los seres humanos, de cualquier raza, país o condición social. Difundirá asimismo, con claridad y con ahínco, el concepto cristiano del matrimonio, de la familia y de la sexualidad. Presentará un tipo de hombre y un modelo de sociedad, abiertos a la trascendencia y enriquecidos por la conciencia moral y por la fe religiosa.
Mostrará abiertamente su opción preferencial por los pobres y por los marginados, sin menoscabo del respeto y la estima que le merecen todas las personas y grupos. Respetará siempre los ámbitos de la intimidad personal y de la vida privada, salvo cuando se atente desde ellos contra derechos ajenos o el bien de la comunidad.
Laborará incansablemente por la paz, por la justicia y por la libertad; propiciará siempre el talante conciliador, la convivencia y el diálogo. Sacará a la luz pública los fallos y las quiebras de la sociedad, denunciará las injusticias, pero sin sembrar odios ni esparcir gérmenes de división. Respetará las leyes y a las autoridades democráticas, con espíritu de colaboración al bien común.
En los errores y fallos que acarrea la actividad radiofónica, la COPE estará abierta a la rectificación oportuna y abrirá sus antenas a las instancias implicadas en un acontecimiento social.
V. Servicio a la España democrática y a su configuración autonómica
Las antenas de la COPE cubren con sus ondas todo el territorio peninsular e insular del Estado español. La conciencia solidaria de todos los pueblos de España y las peculiaridades específicas de cada uno de ellos han de estar siempre presentes en la programación de COPE y ser fuente inspiradora de sus servicios radiofónicos. Teniendo siempre en cuenta que, como cadena, se compone de eslabones -las emisoras diocesanas- y que éstas, además de haberle dado origen, son el pulmón por donde respira y el altavoz de su palabra.
Por todo ello, la COPE, sin perder unidad de mensaje ni anchura de horizontes, tendrá esmeradamente en cuenta la singularidad de los pueblos de España; se identificará con sus mejores aspiraciones, promoverá su cultura, estará atenta a su sensibilidad diferenciada.
Debe impulsar, por último, una solidaridad humana y cristiana entre todas las comunidades autonómicas, que propicie la superación de aquellos desniveles económicos y sociales entre ellas, que ensombrecen el mapa español.
La COPE se sitúa, sin recelos, y con la conciencia crítica en cada momento, en el horizonte de la Europa comunitaria, sin estrecheces nacionalistas. No considera extranjeros ni a los pueblos ni a los hombres y mujeres de América Latina. Quiere con sinceridad prestar su voz y su voto a los pueblos del Tercer Mundo.
VI. Programación religiosa y vinculación con la Iglesia
COPE entiende que la vida de la Iglesia y su presencia en la sociedad humana, dentro y fuera de nuestras fronteras, constituye un sector importante de la actualidad como tal, acreedor a un tratamiento informativo de primer plano en una emisora confesional.
Ahora bien, en ese contexto de la vida en general, pueden y deben ocupar su puesto unos programas explícitamente religiosos, que reflejen e interpreten la actualidad de la Iglesia y difundan abiertamente su mensaje evangelizador. La información eclesial y religiosa, al compás mismo de los acontecimientos importantes, debe estar presente, con sobriedad y equilibrio, en los informativos ordinarios.
La dimensión moral, y a veces trascendente, de otras noticias y problemas que salen a las ondas, debe también asomarse a los programas (políticos, culturales, recreativos, musicales) de esos espacios radiofónicos. El acento cristiano y religioso no debe abrumar ni atosigar, pero sí impregnar con delicadeza y acierto, el contenido de otras emisiones.
En los programas religiosos de la COPE se conjugará la dimensión informativa con el mensaje editorial; la entrevista y el debate, con el reportaje o la retransmisión de un acontecimiento.
Dada la naturaleza y la titularidad de este medio, es obvio que esa programación esté vinculada, según el ámbito de la emisión, a la Conferencia Episcopal Española, a las Conferencias provinciales o a las Iglesias diocesanas, según el respectivo campo pastoral.
La COPE no representa ni oficial ni oficiosamente, salvo cuando se hiciera constar en algún caso, a la autoridad jerárquica de la Iglesia. No es su portavoz: pero eso no quita, sino favorece, el que haya de ser altavoz de las enseñanzas y directrices de los pastores y del dinamismo de la vida eclesial. La COPE asume con gusto y con honra ese cometido, a cuyo servicio pondrá también la competencia y la creatividad de sus profesionales.
Los programas religiosos de COPE estarán en sintonía con los proyectos pastorales de la Iglesia, a escala nacional, regional y diocesana. Registrarán fielmente los acontecimientos de la vida eclesial, abrirá sus micrófonos a voces diferentes, pero no será tribuna de división ni de disenso sistemático, dada la responsabilidad eclesial y comunional de este medio.
Los responsables de COPE, a todos los niveles, mantendrán un espíritu de colaboración con las instancias de la Iglesia que les corresponden y confían también en la comprensión, estima y tolerancia de sus pastores para con una actividad tan valiosa para evangelizar y tan cargada de riesgos.

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